Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://jimqdiz908635.bcbloggers.com/37473844/el-momento-exacto-del-cabezazo-de-zidane